Recuerdo ser niño y nunca abrirme el pecho
en busca de banderas mal dobladas.
Recuerdo correr entre blusas
cada primavera, y raspar
mis rodillas escalando la corteza.
Nunca, mirándome al espejo, pregunté
¿dónde está mi cuerpo?,
sólo era piel usada para ser habitante de un mundo
y enterrarme en tierra