Querida Mujer Maravilla

Hey, Dorothea,
do you ever stop and think about me?
––dorothea, Taylor Swift
And I watch you fly around the world
And I hope you don’t save some other girl
––Superman, Taylor Swift
Lunes 3 de noviembre, 1980
Querida Juli:
Te escribo esta carta porque quería agradecerte por haberme prestado tu tarea de español en el recreo. Se me había olvidado que teníamos que completar el libro para hoy. ¡Lo bueno es que me dio tiempo de copiarla toda! Ah, y gracias por alejar a Esteban y a su grupito de mí. Ya me han pegado con la pelota antes y no fue bonito. Siento que los del equipo de fut siempre son los favoritos, y luego los que salimos más golpeados somos los que echamos menos relajo, jaja. ¿O qué opinas tú?
Por cierto, no me dio tiempo de acercarme el viernes después del concurso. Yo creo que tú debiste haberlo ganado. Te veías muy bonita como Mujer Maravilla. Tal vez es por eso que hoy llegaste a mi rescate.
¡Gracias por salvarme!
Eli
Viernes 4 de abril, 1986
Querida Juli:
¿Cómo estás? ¿Cómo es la ciudad? ¿Cómo es el set?, ¿es grande?, ¿o es sólo una bodega con luces enormes y pantallas verdes? Sé que sólo han sido un par de días, pero siento que llevamos una eternidad sin vernos y sin platicar. No te culpo. Entiendo que estés ocupada.
Mamá cree que me estoy volviendo loca porque cada día, después de la escuela, entro corriendo a la casa para prender la tele y pasar canales a lo loco, a ver si pesco aunque sea un vistazo de tu comercial. La verdad es que no he visto nada todavía. Bueno… sí he visto muchos comerciales (ya me aprendí todas las cancioncitas de los jarabes para la tos), pero es que estoy desesperada. Ya quiero poder decirle a la gente “¡mira, esa es mi amiga!, ¡está ahí en la tele!”.
Estoy muy, muy, muy orgullosa de ti. Ya quiero verte, en la tele y en el cine y en persona. La escuela no es lo mismo si no estás aquí. Pero, oye, estoy dispuesta a sacrificar unas semanas a tu lado por verte cumplir tus sueños.
¿Prometes contármelo todo cuando regreses?
Te quiere, Eli
P.D. Ojalá recibas esta carta. Le pedí a mamá que me ayudara a conseguir la dirección del hotel. Espero que te llegue…
Viernes 8 de junio, 1990
Querida Juli:
Me dio mucho gusto verte en las vacaciones y escuchar tus historias, aunque me hubiera gustado platicar contigo a solas. Supongo que eso pasa cuando alguien famoso visita nuestro pueblito fantasma; todos quieren tener tu atención. No los culpo; te has vuelto una especie de personaje mitológico por aquí, la chica afortunada que logró triunfar. Tampoco ayuda que siempre tratas a todos con amabilidad, aunque ahora tengo la certeza de que tus guiños y apretones de manos siguen estando reservados para mí. En fin, estoy divagando. Te escribo porque todavía tengo demasiado por contarte.
Primero, la escuela. Se terminó la preparatoria y aunque debería estar en medio de una crisis, la verdad es que me siento bastante tranquila. He estado pasando más tiempo con papá, “aprendiendo el oficio”, que es como él lo llama. Básicamente lo he estado ayudando a ordeñar las vacas, alimentar a las gallinas y a repartir todas las entregas. Claro que nunca va a admitirlo en voz alta, pero tiene miedo de que llegue el día en que no sea capaz de hacer todas las tareas de la granja. Mamá ayuda en lo que puede, pero desde que se lastimó la rodilla no ha vuelto a ser la misma. A veces se me olvida que el tiempo avanza para todos y no soy sólo yo quien está creciendo… Bueno, ese es mi futuro. Por ahora.
En cuanto al resto del pueblo… Regina ya es mesera en la cafetería de su padre (¿te diste cuenta esta que viniste?). Lo más seguro es que la herede dentro de unos años. Fernando se va a ir a estudiar economía a una universidad extranjera y Esteban planea volverse abogado. Bien por él. Ah, y Mariana y Gerardo se casaron a la semana después de la fiesta de graduación. Se veía venir, ¿no? A mi mamá le preocupa que ella esté embarazada y por eso hayan apresurado el matrimonio, pero yo insisto en que simplemente llevan mucho tiempo amándose. Son inseparables desde que tengo memoria. No lo sé.
¿Hay alguien así en tu vida?, ¿alguien con quien te sea más sencillo respirar, con quien compartir las penas del día a día? Yo todavía no lo encuentro. Sólo sé que en cuanto te vi mis pulmones se expandieron y mi corazón latió un poco más fuerte, más vivo… Supongo que esta es mi manera de decir que te extraño. No me canso de escucharte. Por favor, escríbeme de vuelta y cuéntamelo todo, todo, todo.
Te quiere, Eli
P.D. Perdón por haberme abalanzado sobre ti ese día. Algo dentro de mí gritó “¡abrázala!” y yo tuve que hacer caso.
P.P.D. Gracias por haberme recibido con los brazos abiertos. Fue el abrazo más bonito que me han dado en la vida. No lo olvidaré :)
Martes 28 de marzo, 2000
Querida Juliana:
Mamá y yo vimos la entrega de premios hace unos días. Nos acurrucamos en el sillón y preparamos palomitas. Brindamos con jugo de uva porque ella ya no puede tomar alcohol, por sus medicamentos. Aún así nos divertimos mucho, y nos dio mucho gusto verte ganar. Alguien recortó la nota del periódico en la que anuncian los ganadores y ahora está enmarcada en la cafetería de Regina. Dice que quiere crear un “museo” de la gente famosa que creció aquí. Yo no creo que lo logre; aquí todos tenemos sueños pequeños. Fuiste una gran excepción, pero, como puedes ver, todos estamos muy orgullosos de ti.
Fuera de eso, no tengo mucho por contarte. Papá todavía insiste en trabajar en la granja (lo que más le gusta es alimentar a las gallinas y dejar que le picoteen las botas; está seguro de que es su forma de mostrar cariño, aunque yo pienso que sólo son unas maleducadas) y en acompañarme a hacer las entregas, pero prácticamente soy yo quien se encarga de todo. Regina sigue en la cafetería, Mariana y Gerardo están esperando a su segundo hijo, y Esteban… bueno, sigue siendo Esteban. Se me declaró hace poco, con un discurso larguísimo. Le dije que no estaba interesada; nunca lo he estado. No se lo tomó muy bien.
No sé por qué te estoy contando esto, perdona. Es sólo que… no he dejado de pensar en ello. Aquí hay una boda nueva cada dos meses; toda nuestra generación, las personas con las que crecimos, se están casando entre sí y me siento un poco abandonada. No es que quiera formar parte del club, pero sí creo que sería lindo tener a alguien con quien compartir la vida. El problema es que cada vez que pienso en ese alguien, en mi mente sólo apareces tú.
Pasa el tiempo y yo te sigo extrañando. No podría olvidarte ni aunque quisiera.
Soñé contigo hace poco, de hecho. Estabas caminando por un pasillo larguísimo, con paredes llenas de plantas y flores, y una alfombra roja a tus pies. Yo iba justo detrás de ti, y por más que intentaba, nunca lograba alcanzarte. Así me siento; te veo a diario en la tele, en el cine, en las revistas y en el periódico, pero ya no te reconozco. Dime, Juliana Moreno, ¿debajo de tus mil versiones está la niña con la que crecí? Porque la niña con la que tú creciste sigue aquí, esperando tu regreso.
Aquí estoy, Mujer Maravilla. ¿Puedes salvarme ahora?
Elina