Reflexiones liminales: hacia una ontología cyborg

Reflexiones liminales: hacia una ontología cyborg

RESUMEN:

En este artículo reflexiono sobre la figura del cyborg como ontología queerizada/cuirizada, proponiéndola como una herramienta teórica y experiencial para desafiar binarios y dicotomías modernas-occidentales, especialmente en torno al género. Desde una perspectiva situada, el texto aborda las posibilidades liminales y relacionales que el cyborg habilita, explorando cómo estas potencialidades permiten habitar intersticios identitarios y sociales. A través de un enfoque sociológico y con un énfasis en la escritura encarnada, reivindico los cuerpos-textos como construcciones híbridas, abiertas y susceptibles a la transformación. La propuesta central es imaginar ontologías que desdibujen esencialismos, promoviendo horizontes posbinarios y mundos más inclusivos.

Palabras clave: cyborg, ontologías queer/cuir, cuerpo-texto, cuerpo, identidades.

Introducción: incitar a pensar(nos)

Es siempre un reto plantear rutas reflexivas sobre vivencias que atraviesan a quien escribe: gesticulo oraciones, palabras y sentidos conforme me sitúo como agente, parto desde mi respons-habilidad (Araiza Díaz, 2023). Como parte de estos vaivenes escriturales, dejo entrever que mi intención en este texto es exponer al cyborg como figura ontológica queerizada/cuirizada que permita habitar los bordes, las fronteras, los límites. Sostengo que el cyborg contiene y co-extiende potencias para pensar(nos) más allá de los binarios teóricos y experienciales.

Como parte de una escritura encarnada, recurro a situarme (Haraway, 1995, 2022) desde la no binariedad, como sociólogue posicionade en coordenadas particularísimas del espacio social, pues son justamente mis vivencias con el género y las intersecciones las que me plantean la intriga sobre la posibilidad de pensarnos y pensar(me) teóricamente sobre las condiciones de existencia y enunciación que nos atraviesan, aquellas que nombramos como no binarias. Escribo/escribimos como espacio de enunciación y de reconocimiento de la posibilidad de una ontología propia: ontologías queerizadas/cuirizadas.

Entiendo ontología no desde una concepción filosófica, sino desde senderos más sociológicos, desde las condiciones de existencia de algo o alguien; un camino a recorrer, recorrido y recorrible; una suerte de génesis socializadora de cuerpos y agencias. Entenderé ontología (al menos en lo que respecta a este texto) como la reflexión entorno a la socialización, en específico, a caminos comunes de las socializaciones, comprendidas desde la teoría queer, gesticulando entendimientos torcidos y rajados (Bardet, 2021).

Es por eso que he decidido dedicar las siguientes páginas a indagar sobre si es posible pensar en una o muchas ontologías liminales, encontrar espacios de raje a las dicotomías y hallar en esos intersticios, espacios cómodos pero reflexivos sobre nuestros enunciamientos identitarios, nuestras socializaciones y nuestras posiciones frente al binarismo de género. Encuentro (como lo expondré más adelante) posibilidades de fuga a los constreñimientos ontológicos modernos-occidentales pensados desde la dicotomía masculino/femenino y otros dualismos. A estas posibilidades las elaboraré desde una de las figuras que habitan la teoría queer: el cyborg.

Cyborg(s): ontologías torcidas

¿A qué rostros ontológicos respondo? En esta serie de reflexiones, como ya he mencionado, me acompaña una figura bien establecida dentro de las ontologías queer: el cyborg, una posibilidad relacional que habilita el desprendimiento a los distintos sistemas de opresión. Trabajaré principalmente desde el cyborg de Haraway (Bardet, 2021; Haraway, 2020, 1995, 2022; Ramírez & Araiza Díaz, 2023), encontrando entre la figura ontológica y la experiencia vivida un espacio otro (Haraway, 2022) para habitarlo como propio: la posibilidad/potencia de las socializaciones liminales.

Un cíborg es un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una criatura de realidad social y también de ficción. La realidad social es el conjunto de relaciones sociales vividas, nuestra construcción política más importante, una ficción que cambia el mundo. [...] Esta experiencia es una ficción y un hecho político de gran importancia. La liberación se basa en la construcción de la conciencia, de la comprensión imaginativa, la opresión y, por lo tanto, la posibilidad. El cíborg es una cuestión de ficción y experiencia vivida que cambia lo que importa, como experiencia de las mujeres a finales del siglo XX. Esta es una lucha por la vida y la muerte, pero el límite entre ciencia ficción y la realidad social son una ilusión óptica (Haraway, 2020, pp. 13-14).

Haraway escribe pensando en una realidad muy particular en la que ella misma se sitúa y plasma en sus palabras; su intención es todo lo contrario a una totalidad, a un sueño de un lenguaje común. Haraway se posiciona y declara como parcial su propia visión, yo la retomo y leo al cyborg desde sus intenciones originales pero también, y principalmente, desde la multiplicidad de sus posibilidades. Haraway escribió el Manifiesto Cyborg en 1983, preguntándose ¿cómo habitar la tierra que destruimos? ¿cómo establecer convivencias interespecie y orgánico-maquínicas? (Haraway, 2020). Yo la retomo, preguntando ¿es posible pensar nuestras existencias sin mutilar nuestras potencias?

El cyborg/cíborg implica una cuestión de posibilidad(es), de ficción, pero también de experiencia vivida. El cyborg como figura ontológica, pero también como cuerpos concretos, es acoplamiento, fusión entre organismo y máquina, es (somos) codificación. Pensarnos desde ahí posibilita mapearnos, pero también imaginarnos en nuevos horizontes. Somos integraciones que encarnan la transgresión misma de las fronteras, somos la posibilidad de engendrar y vivir nuevas lógicas posgenéricas, somos cuerpos compuestos de tantas realidades que resulta ingenuo pensar en “unívocos” y en “esencias”.

El cíborg está totalmente comprometido con la parcialidad, la ironía, la intimidad y la perversidad. Es desafiante, utópico y nada inocente. Al no estar estructurado por la polaridad de lo público y lo privado, el cíborg define un centro tecnológico basado en parte en una revolución de las relaciones sociales, en el oikos, el hogar. La naturaleza y la cultura son reelaboradas; la primera ya no puede ser el recurso para la apropiación o incorporación de la segunda. La relación para formar totalidades a partir de partes, incluidas las de polaridad y dominación jerárquica, está en disputa en el mundo cíborg (Haraway, 2020, p. 18).

Admitir la codificación de nuestros cuerpos, es decir, la cualidad cyborg del cuerpo-texto, implica comprender que somos información, somos re-escribibles, auto-manipulables; nuestro cuerpo es un sistema de información organizado y organizativo, y por ello enunciamos nuestra susceptibilidad de ser modificades textualmente por nuestras agencias y por los mundos en los que nos desenvolvemos. Al pensar en la textificación de nuestras existencias corporales desafiamos los postulados esencialistas y nos habilitamos desde lo relacional, lo híbrido, lo abierto, lo parcial.

Comprendernos como cyborgs gesticula materialidades-semióticas de lo común. Articulamos nuestra experiencia entendiéndola como un complejo entramado de significaciones compartidas, de vivencias atravesadas/atravesantes y de juegos entre la incorporación, el medio y los límites aparentes de nuestros cuerpos. Así, lo que para mí representa la mayor potencia ontológica de lo cyborg es la habilitación somática de lo fragmentado, de lo compuesto, de lo conjunto y de las intersecciones:

El cuerpo cyborg exhibe una nueva ontología que paradójicamente reúne fragmentación y composición. El cuerpo es concebido como una reunión de partes (orgánicas y artificiales), por lo cual se pierde la idea de totalidad, pero, al mismo tiempo, estas partes forman un ensamblaje, que escapa de la concepción de unidad (Platzeck, J., & Torrano, A., 2016, p. 241).

Somos entonces constructores semiótico-materiales que exigen su decodificación para ser comprendides. Así, el cuerpo cyborg (o cuerpo-texto) se devela como plástico, modificable, mutable gracias a la tecnología-ambiente; un organismo cibernético, híbrido de cuerpo-máquina, una criatura de realidad y de ficción. Es (somos) una mezcla de naturaleza y cultura, una entidad abierta y susceptible de hospedar al mundo en ella.

Nuestra potencia (desde esta ontología torcida y liminal) es el entretejimiento de un mundo-posibilidad híbrido, posgenérico y posbinario. Un nuevo horizonte de sentido, promesas de mundos ajerárquicos donde nuestros acoplamientos nos revelen como cuerpo-identidades (Ramos Betancourt, s/f) difusas, no discretas ni categorizables; es decir, posibilidades de existencia que rajen las ontologías modernas de la oposición y los binomios. La apuesta es la existencia en lo difuso, en lo liminal, y hacer de ello condición suficiente de nuestro devenir-con, reivindicarnos como locales y permanentemente abiertes a la transformación.

Conclusiones y fugas liminales: articulando el intersticio

He estado tejiendo posiciones y escenarios futuro-hipóteticos desde ontologías otras (Haraway, 2022), espacios intersticiales que buscan rajar los binarios (Bardet, 2021). Busco/buscamos que estas posiciones ontológicas cyborg logren fugarse de la cisheteronorma, como una constante articulación de un horizonte posbinario, relacional y en permanente autocrítica. Las ontologías modernas se fundan en dicotomías y dualismos esencialistas, deterministas y reduccionistas construidos para rechazar la ambigüedad (de ahí las tan famosas figuras del extranjero, el pobre, el extraño, el monstruo, y ahora, el cyborg).

Si codificamos cuerpo-identitades desde lo liminal y lo ambiguo, podríamos asomarnos a espacios que no se edifiquen en presupuestos categorizantes y limitantes como los dualismos (Monroy Cuellar, 2023) hombre/mujer, masculino/femenino, cis/trans, adulto/joven, natural/social, normal/patológico, heterosexual/homosexual, etc. Históricamente, las cuerpo-identidades que habitan fuera de estos binarios están condenadas a lo extranormal, a lo ininteligible, a lo extraño, lo raro, lo abyecto, lo patológico, lo monstruoso. Si trastocamos la condena y la convertimos en horizonte, el intersticio, el límite, se vuelve habitable: el hogar de las potencias. Esta es la promesa de los monstruos de Haraway (Monroy Cuellar, 2023; Haraway, 2022).

Construir cuerpo-identidades cyborg es devenir-con lesbianas, maricas, personas no binarias, personas trans, personas que atraviesan vivencias discapacitantes, personas de tercer mundo, subalternas, no hegemónicas, pero tejer cuerpo-identidades cyborg también significa deconstruir desde y con las ontologías modernas, torcer los binarios, escapar de la cisheteronorma, rechazar los mandatos de la matriz heterosexual (Butler, 2022); es cuirstionar los esencialismos y las sustancias, vivir relacionalmente: devenir cyborg. Monstruos cíborgs como horizonte-trayecto y nunca como destino. Texto siempre en escritura pero jamás escrito.

Referencias

Araiza Díaz, A. (2023). Tras las huellas de una teoría encarnada. Pensar-con Haraway en claves semiótico-materiales. En Pensar-con Haraway: Apuntes para (co)habitar futuros posibles (1a ed.). Universidad Nacional Autónoma de México.

Barad, K. (2023). Tocando al extrañx interior: La alteridad que entonces soy (1a ed.). Cactus.

Bardet, M. (2021). Perder la cara (1a ed.). Cactus.

Butler, J. (2022). El género en disputa (1a ed.). Ediciones Culturales Paidós.

Camus, A. (2022). El extranjero (2da ed.). Penguin Random House.

Foucault, M. (2023). Los anormales. Curso en el College de France (1974-1975) (3a ed.). Fondo de Cultura Económica.

Haraway, D. J. (1995). Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Ediciones Cátedra.

Haraway, D. J. (2020). Manifiesto ciborg. El sueño irónico de un lenguaje común para las mujeres en el circuito integrado (1a ed.). Kaótica Libros.

Haraway, D. J. (2022). Las promesas de los monstruos: Ensayos sobre Ciencia, Naturaleza y Otros inadaptables (1a edición argentina). Holobionte Ediciones.

Molatore, L. (2015). “Alquimias paradójicas: La monstruosidad cyborgizada de Nicolas Sénegas”. En Ficciones del cuerpo (Alejandra D., Fabián G. coords.). Universidad Autónoma Metropolitana.

Monroy Cuellar, N. I. (2023). “Cyborg_maricón@surglobal: Hacia una epistemología descolonial de la disidencia sexual”. En Pensar-con Haraway: Apuntes para (co)habitar futuros posibles (Sandra R., Veronica A. eds.). Universidad Nacional Autónoma de México.

Peres Díaz, D. (2016). Los límites de lo humano: Teoría queer, ciberfeminismo y ontología cyborg. Tales: Revista de la Asociación de Alumnos de Postgrado de Filosofía, 6, 151–162.

Platzeck, J., & Torrano, A. (2016). Zombis y cyborgs La potencia del cuerpo (des)compuesto. outra travessia, 22(2), 235–256.

Ramírez, S. L., & Araiza Díaz, V. (Eds.). (2023). Pensar-con Haraway: Apuntes para cohabitar futuros posibles (1a ed.). Universidad Nacional Autónoma de México.

Ramos Betancourt, S. (s/f). Sociodinámica del cuerpo más allá del cuerpo: Sománticas identitarias, órtesis simbólicas, performances y tecnologías sociodigitales [Tesis de licenciatura inédita].

Sabido Ramos, O. (2012). El cuerpo como recurso de sentido en la construcción del extraño. Una perspectiva sociológica. (1a ed.). Ediciones Sequitur.

Sabido Ramos, O. (2017). Georg Simmel y los sentidos: Una sociología relacional de la percepción. Revista Mexicana de Sociología, 79(2), 373–400.

Simmel, G. (2012). El extranjero: Sociología del extraño (1a ed.). Ediciones Sequitur.

Simmel, G. (2014). Sociología: Estudios sobre las formas de socialización (1a ed.). Fondo de Cultura Económica.

Torrano, A. (2009). Ontologías de la monstruosidad: El cyborg y el monstruo biopolítico. VI Encuentro Interdisciplinario de Ciencias Sociales y Humanas.

Torrano, A. (2015). La monstruosidad en G. Canguilhem y M. Foucault. Una aproximación al monstruo biopolítico. ÁGORA ––Papeles de Filosofía––, 34 (1), 87–109.